martes, 23 de marzo de 2010

El perdón



El paseo prometía la calidez de tiempos de alianza.
Nada en el escenario presagiaba oscuros textos y dolores añejos. La novedad se percibió como una entrega natural a la confianza, otorgando al paisaje el surtido de sonrisas necesarias de otro tiempo.
Fue palpable, sin dudas como balas, el afecto que concedía bondad y respeto a esa sucesión de pájaros redimidos. Negros.
Porque sólo este sueño ha podido hasta ahora conmutar aquél rencor y las preguntas veladas como a muertos.
Y tu palabra abarca lo ancho de mi cama para tocarte los ojos.
Nuevamente amanece y es seis de mayo.

3 comentarios:

La lectora dijo...

Buenas :)
Te dejo un saludito, y te agradezco por haber pasado por La lectora en la ciudad.
Un abrazo!

willma dijo...

Me alegra mucho tener noticias tuyas!

Te envío un beso muy fuerte.

Del dijo...

Causalidades. Gracias por tu bienvenida!